VTCs en la Ultima Milla

¿Competencia Desleal o una Oportunidad de Flexibilización para el Sector?

El crecimiento de los VTCs en el reparto de última milla ha generado opiniones encontradas. Desde el sector del transporte tradicional, hay preocupación sobre el impacto de estos nuevos competidores, debido a:

1.- Desigualdad Regulatoria respecto a las empresas tradicionales.

2.- Potencial precarización laboral.

3.- Impacto en los Transportistas Tradicionales con contratos a tiempo completo.

Sin embargo, el uso de VTCs en el reparto de #últimamilla también representa una oportunidad de #innovar y flexibilizar el sector, especialmente en el contexto de una economía cada vez más digital y con demandas de entrega rápidas. Este cambio puede ser el inicio de un nuevo modelo que permita involucrar a personas fuera del sector logístico convencional, como amas de casa, estudiantes y jubilados, ampliando la base de quienes pueden participar en la última milla. Por lo tanto, podría ser el inicio de un modelo que permita:

1.- #Inclusión de Nuevos Perfiles.

2.- #Modelos de Trabajo Temporal o Parcial.

3.- #Fomento de la Economía Colaborativa.                                                                                                     

La integración de los VTC o cualquier nuevo perfil, en el reparto de última milla, plantea la necesidad de una modificación en la Regulación, para asegurar que no genere desigualdad en el mercado. Para que estas prácticas sean sostenibles y justa, podría considerarse una regulación que nivele las condiciones y garantice derechos laborales básicos.

Desde #AFCEL pensamos que el uso de VTCs en la última milla no es, en sí mismo, ni una competencia desleal ni una garantía de flexibilidad, sino una oportunidad para adaptar la logística a las necesidades actuales de la economía. Incluir a estudiantes, amas de casa y jubilados en esta actividad puede permitir una forma de economía colaborativa, donde las entregas sean más rápidas, flexibles y accesibles, siempre que se garantice un marco regulatorio que proteja la competencia y los derechos laborales. La clave para su implementación será encontrar el equilibrio entre la innovación y la equidad, de manera que todos los actores, incluyendo a los trabajadores y las empresas de transporte tradicionales, encuentren un espacio para crecer en un mercado cada vez más dinámico.