Las decisiones estratégicas de los grandes operadores logísticos afectan directamente a sus colaboradores más pequeños. Ejemplos como la adquisición de TNT por FedEx, las modificaciones de sus respectivos networks para abaratar sus costes de transporte o la reciente caída en bolsa de UPS debido a resultados negativos, pueden llevar a ajustes presupuestarios que impactan severamente a los colaboradores más vulnerables. Cuando una gran empresa del sector transporte no logra cumplir sus objetivos o toma decisiones estratégicas de gran calado, las repercusiones se extienden más allá de sus propias puertas, afectando también a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) que colaboran con ella.
Pero ¿cómo impactan a estas pequeñas empresas los resultados y decisiones estratégicas de los grandes operadores logísticos para los que trabajan? La respuesta es obvia, el impacto es total. “Tu presente lo determinan otros”
Si los resultados son positivos, la relación comercial tiende a mantenerse estable. No obstante, resultados negativos suelen desencadenar una serie de medidas internas inmediatas para reducir costes, tales como:
- Reducciones de plantilla.
- “Hiring freeze” (suspensión de contrataciones).
- Congelación de promociones, Suspensión de aumentos salariales (si los convenios lo permiten).
- Terminación de contratos temporales.
Además, las empresas colaboradoras y subcontratadas son las primeras en ser consideradas para recortes, dado que representan una porción significativa del coste variable. Estos recortes pueden causar serios problemas financieros e incluso poner en riesgo la continuidad de las empresas colaboradoras, especialmente aquellas con alta dependencia financiera de las grandes corporaciones.
Estrategias para mitigar riesgos
Frente a esta situación, las PYMEs pueden sentirse obligadas a aceptar las restricciones impuestas, pero esto puede no ser la mejor estrategia a largo plazo, ya que puede llevar al estrangulamiento financiero. Existen otras estrategias que deben considerarse para mitigar estos riesgos:
- Alianzas y Asesoramiento: Buscar apoyos y asesoramiento para negociar nuevas condiciones con una visión a futuro que garantice su estabilidad financiera.
- Gestión Proactiva de Recursos: Optimizar la productividad y los procesos internos para generar economías de escala y variabilizar tu estructura de costes.
- Diversificación de Clientes: Construir una cartera de clientes variada para reducir el riesgo financiero asociado a la dependencia de un solo cliente.
De la misma forma que los pequeños mamíferos sobrevivieron a los dinosaurios en la tercera glaciación, las pequeñas empresas de distribución podrán hacerlo en estos tiempos violentamente convulsos en lo económico, tecnológico y financiero. Como dice el refrán, «Si llueven limones, aprende a hacer limonada.»